Dos técnicos, una promesa y dos All Star

1. Nuevos timoneles

Resulta difícil aventurar el comportamiento de un equipo cuando su entrenador es cesado. Hay un dicho que asegura que “entrenador nuevo, victoria segura” pero la historia te dice que esta frase es como los pimientos de Padrón, que unas veces pican y otras no, unas veces se cumple y otras no. Cierto es que el cambio de técnico suele producir, al menos a corto plazo, una reactivación lógica, pues los jugadores intentan ganarse la confianza de su nuevo entrenador. Los que juegan más quieren mantener su status, los que lo hacían menos ven una oportunidad de cambiar su suerte. Dos de los ilustres de nuestro baloncesto, el Laboral Kutxa Baskonia y el Valencia Basket, tomaron hace semanas la decisión de dejar de contar con sus respectivos entrenadores, Crespi y Perasovic. Ambos, también, decidieron (por convicción o por dineros) no contratar inmediatamente a nadie y optaron por dar una oportunidad a dos entrenadores que ya tenían como segundos. Viendo como les ha ido, hay que afirmar que la decisión parece acertada. Tanto Ibon Navarro como Carles Duran se han ganado la merecida confianza para llevar el timón de sus equipos hasta final de temporada. Los vitorianos están en el mejor momento de la temporada, compitiendo por fin adecuadamente en la Liga Endesa y en Europa, y jugando un baloncesto muy atractivo y ofensivo, que les ha llevado a pasar la barrera de los 100 puntos varias veces en los últimos tiempos. El Valencia, por su parte, aunque sigue buscando la regularidad perdida, se mantiene firme en la sexta plaza y se enfrenta en los próximos días a la prueba del algodón. El domingo recibe al Madrid, el jueves abre la Copa del Rey frente al Barcelona. Pero lo que está claro es que tanto Navarro como Durán están confirmando que a veces lo que buscamos fuera, lo podemos tener dentro. Gente capacitada, de casa y más barata.

– La crónica de Iturriaga

2. Una actuación esperanzadora

La estrella de la jornada ha sido sin duda Dani Díez. Los aires invernales andorranos le debieron inspirar hasta el punto de completar una actuación demoledora, que además sirvió para que su equipo lograse un victoria ante un rival directo que da tranquilidad y aleja a los guipuzcoanos de zonas que queman. Esto es algo que hay que tener en cuenta, pues a los rendimientos numéricos excelsos deben ser pasados por el tamiz del efecto provocado. Dani volvió a San Sebastián en busca de minutos y relevancia que en el Madrid tenía complicado conseguir. Acertada decisión para un jugador de 21 años, al que sólo la presencia en la cancha posibilitará su crecimiento. Viendo sus números (31 minutos, 11,9 puntos, 15,4 de valoración y ¡7,4 rebotes! por partido, segundo de la Liga) la sensación es que Díez está aprovechando bien la temporada. No tengo dudas de su talento, que aúna un físico poderoso donde se mezcla potencia y velocidad, una muñeca suficiente, gran capacidad defensiva y eficiencia en el rebote. Para convertirse en el jugador que se espera, habrá de aderezarlo con otras cuestiones que tienen que ver más con la cabeza que con el músculo, con la confianza en su potencial, y en esto entra su propia ambición como jugador y un buen funcionamiento neuronal que debería ir afinando en su proceso de madurez. Pero las sensaciones a mitad de temporada son positivas. Un jugador de sus características no abunda, las puertas del Madrid siguen abiertas y sería una gran noticia que lo hecho en Andorra no sea una excepción, sino la constatación de que progresa adecuadamente.

– La crónica de Iturriaga

3. El fin de semana de los Gasol

A la espera de que la semana que viene llegue la esperada Copa del Rey, primera gran cita de la temporada, este fin de semana el universo baloncestístico español se moverá alrededor de Pau y Marc, que cumplirán un sueño al enfrentarse como pivots titulares en el fin de semana de las estrellas de la NBA. Una fiesta que en esta ocasión tiene como protagonistas a dos hermanos que a base de esfuerzo, constancia, inteligencia y generosidad, han logrado seducir al público como antes lo habían hecho con los entrenadores. Todo un reconocimiento a su carrera pasada y presente, que de paso es un homenaje al baloncesto español, que les formó en los valores que ahora son recompensados. ¡Quién nos iba a decir hace bien poco que en esa reunión de megaestrellas lucirían con luz propia dos de los nuestros!. Enhorabuena a los brothers y de paso a todos nosotros. A disfrutarlo.

– La crónica de Iturriaga