“MVP, MVP!!!”
Apenas dos horas de diferencia. Dos ocasiones en las que los aficionados se lanzaron a un tan profundo como sentido “MVP, MVP!!!” sobre dos protagonistas diferentes. Formaba parte del “aquí somos” breoganista. De la leyenda al héroe de la jornada. Del pasado glorioso reciente al presente, antesala a un luminoso futuro. Así se juzga en las gradas que encumbran al Río Breogán. Por eso son nobleza en nuestra Liga Endesa.
Dzanan Musa lo fue todo el año pasado entre la muralla lucense. En sus calles se respiraba la dicha de lo acontecido en el Pazo Provincial de Deportes. “Tenemos al mejor” como consigna hacia la felicidad en Lugo entre un balón y un cesto durante la histórica campaña 21/22. Esta vez, con la visita del Real Madrid, todos los aficionados debían rendir un ‘gracias por tanto’ a su ídolo. De hecho, hasta el speaker lo anunció repitiendo tres veces su nombre con la complicidad del público, como si aún perteneciese a la elástica breoganista. Endesa Basket Lover estuvo allí y podemos asegurar que en pocas ocasiones se es testigo de tal amasijo de emociones a la llegada del ídolo ante “la que siempre será tu casa”.
Pero comenzó el partido, y Musa, con el balón en las manos, fue silbado como el resto de sus compañeros en las primeras acciones, porque la presión hacia el contrario en el Pazo cuenta. Y mucho. Desde las primeras acciones, cuando el dominio celeste comenzó a ser latente y amplificado con los minutos, cuando las caras entre los blancos era de sentirse desbordados, otro jugador comenzó a recibir todos los honores: Justus Hollatz.
Hollatz tuvo el santo de cara en el tiro (8 de 8 en tiros de campo, 4 de 4 en triples), con 21 puntos y 6 asistencias. Pero, sobre todo, era la sensación de dominar el encuentro (con él en pista, Breogán tuvo un +26) no solo desde la dirección, sino con respuesta a la carga de anotar cuando tocaba. Exultante, superior a cualquier exterior madridista, creó el éxtasis en las gradas viendo que la diferencia se ampliaba a 15, a 20… hasta 26 puntos de diferencia, certificados en el definitivo 96-72, en uno de los mayores correctivos blancos de las últimas campañas.
Y era algo que se esperaba en el base alemán desde que saltó la noticia de su fichaje (primer fichaje breoganista), a finales de mayo de 2022. No solo era la primera cara de una evidente reestructuración del plantel de Veljko Mrsic, sino una de las de mayor responsabilidad, quien debiera llevar peso entre los nuevos exteriores desde la posición de director de juego. Ser nombrado hasta en 2 ocasiones el “Mejor Joven” en la liga alemana, aterrizar en ACB con sus 21 años, otorgaba el cartel de importante. Ha sido el base titular más joven de toda la Liga Endesa y, aunque la estructura del equipo había cambiado, lo que claramente exponía una injusticia, era cargar sobre sus hombros los galones del anterior base, el canadiense Trae Bell Haynes.
En la primera vuelta de la liga, algo más de 21 minutos de media dieron unos discretos 5,9 puntos de promedio (superando los 10 puntos en 2 ocasiones tan solo) y 39,2% en tiros de campo. Lo peor fue el 5 de 22 cosechado en triples, resultado de un proceso de acoplamiento, con más muecas de desespero que aplausos y más urgencia que paciencia.
Hollatz posee un físico privilegiado, capaz de decidir entrando a canasta -y muy bien- en situaciones de bloqueo y repartiendo buenas asistencias. El problema es que su “translator” le enfatizaba en no equivocarse más que en mostrar la verdadera dimensión que tiene como jugador. Quizás sean los buenos resultados, la buena química del equipo, el caso es que ha podido sacudirse la plomiza esencia de rookie que lo recubría, para a partir de la segunda vuelta -jornada 18-, sus estadísticas han variado ostensiblemente: 10,6 puntos en 26 minutos, con un 51,5% en tiros de campo y 42,3% en triples.
La actuación ante el Real Madrid fue una muestra de lo que es capaz de hacer. Su mentalidad, la de jugador de equipo que puede sobresalir, en nada tiene que ver con la del arrebato de liderazgo de Dzanan Musa. Sin embargo, el que en un día más que señalado en el calendario breoganista, fuese Hollatz el protagonista, es un chasquido hacia un viaje fascinante hacia ¿el Playoff? Ya se divisa y toca luchar por él. Con la confirmación del alemán, que en los días grandes (ante el Barça tuvo su otra notable actuación, con 16 puntos) refuerza su condición, es lógico ensalzar que el pasado sábado, tras el festín por tan holgado triunfo ante el campeón de liga, sea vitoreado con el “MVP, MVP!!!” que previamente oyó Musa. Fue la identificación -al menos esa tarde-, con el nuevo ídolo. Río Breogán pude aspirar a las eliminatorias finales y redondear un más que notable ejercicio otra vez, sobre un equipo que, individualmente y uno por uno, no parecen dar lo que llegan a lograr todos como… eso, un equipo.
