No suelen salir bien estos fichajes a última hora, realizados expresamente para los ‘playoffs’. Jugadores que, aunque de acreditada calidad, caen como improvisados paracaidistas en vestuarios ya consolidados. Les cuesta coger el rol que han tenido en otros sitios. Fue lo que le sucedió a Scotty Hopson, un reputado anotador que llegó al Baskonia a finales de la temporada 2014-15 y que no funcionó haciendo lo que en otros sitios había demostrado: anotando.
Hopson es un 2,01 que puede jugar tanto de ‘2’ como de ‘3’ y que ahora anda en la G-League, el que ha sido su territorio más natural entre que sale y entra de la NBA con escasos minutos. En la liga de desarrollo sí es importante y de hecho a Vitoria llegó con una etiqueta que quizás a la larga le perjudicó: la de jugador resolutivo que llegó a clavar 52 puntos en un choque de esa competición. Fue aquella misma campaña con los Sioux Falls Skyforce, en los que promedió 19,2 puntos. El día que rebasó el medio centenar lo hizo además con buenos porcentajes (21 de 28 en tiros de campo), batiendo así el récord de la franquicia.
Ya conocía Europa. Se había quedado fuera del ‘draft’ de 2011 tras pasar por la universidad de Tennessee, buscando acomodo sucesivamente en Grecia (Kolossos Rodou), Israel (Hapoel Eilat) y Turquía (Anadolu Efes). Su primera oportunidad en la NBA fueron dos partidos en los Cavaliers en 2014. Las posteriores fueron incluso más breves: un encuentro en los Mavericks 2017-18 y otro en los Thunder 2021-22, en cuyo equipo vinculado está ahora (Oklahoma City Blue). También ha pasado por Croacia (Cedevita) y la NBL australiana con los New Zealand Breakers y los Melbourne United, con los que se proclamó campeón en 2021.
¿Qué le pasó en el Buesa Arena? “He encontrado un gran grupo y un entrenador que me ha pedido esfuerzo y mucha energía. Voy a intentar ser el mejor defensor que pueda ser y vengo a hacer todo lo que me pidan. Me voy a enfocar en aportar energía, esfuerzo y defensa y cuando tenga la oportunidad tiraré. Mi conocimiento del juego puede ayudar a mis compañeros y también a mí, más o menos sé que esperar del estilo europeo”, dijo en su presentación.
La realidad en sus ocho encuentros, en los que entró casi siempre como miembro de la segunda unidad (15 minutos por encuentro) fue que no se le vio excesivamente cómodo, quedándose solo en 4,4 puntos y malos porcentajes de lanzamiento: 26,7% en triples y 37,9% en tiros de dos. De su juego también dice mucho que solo recibió seis faltas en total, yendo al tiro libre dos veces. Una posible explicación es que no era fácil que le llegase el balón en un juego exterior en el que también estaban jugadores como Mike James, Darius Adams y Fabien Caseur. La cuestión es que a nivel colectivo la despedida fue triste, eliminados por el Unicaja en los cuartos de final. El nombre de Hopson ha estado alguna vez sobre la mesa para tener una segunda oportunidad en España, pero no ha fructificado.
