Ver el bullicio de los pasillos del Martín Carpena durante estos días, los mismos ojos de fascinación en padres y críos por todo el entorno, es la expresión más clara de lo que ha significado este “Torneo Centenario FEB” y cómo Málaga se volvió a postularse como verdadera ciudad Basket Lover. Porque le apasiona este deporte, porque cuenta con infinidad de equipos de categorías inferiores salpicados en infinidad de poblaciones, porque el orgullo verde de su club, Unicaja, ha estado y está más inflamado que nunca y cuando hay un bocado de cardenal, como el vivido estos días entre selecciones de élite, saben degustarlo.
Y es que, lo de este fin de semana, ha sido un evento que, bien engalanado, ha satisfecho a todos. En tres partidos muy atractivos, el embrujo de asumir lo que teníamos delante. Imágenes para “todos los públicos” y pequeñas delicatesen para los “muy cafeteros”. Cómo alguien puede dirigir un partido a sus anchas, dominando todo desde su mente, como fue el caso de Luka Doncic en los primeros minutos del España-Eslovenia, controlando, rompiendo defensas y pasando a unos compañeros, que absorbidos por este encanto, no fallaban un tiro, era toda una delicia. El mate de Santi Aldama, palmeando su propio tiro tras una entrada muy forzada, era para fantasear con la potencia en las piernas de la nueva incorporación a la Selección Española. Ver a Austin Reaves que, tras un reverso entrando a canasta, es capaz de dar una asistencia medida a un jugador que cortaba por línea de fondo, es provocar una boca abierta de admiración a tal arsenal de virtudes.
Añadan que el Martín Carpena, ambientado para la ocasión, ofrecía un juego de colores en las gradas abarrotadas, como para comprobar en la fotografía con el móvil que, aquel festín, acrecentado por los jugadores en pista, era un show digno de NBA, en escenario idílico en todo su conjunto. Todo, todo, para ser muy conscientes que estábamos ante un espectáculo baloncestístico de máximo nivel mundial.
ESPAÑA, AJUSTANDO LAS NOVEDADES DEL GRUPO
Todavía quedan algunas cuitas por resolver, sobre todo tras la baja de Ricky Rubio. Pero hemos de decir que nos gusta la propuesta de esta selección. O, más concretamente, nos gustan las etapas de preparación con Sergio Scariolo a los mandos (desde siempre), con diferentes probaturas con más o menos suerte, puesto que están en proceso de rodaje durante la preparación. Pero son tan claras de leer, tan atractivas, que nos llevan a la ilusión. Luego, de esas, se pueden comprar muchas o pocas, pero siempre presenta un muestrario muy completo de variedad, como certificando que nuestro Equipo Nacional es capaz de hacer muchas cosas, con una convicción certificada en los títulos de los últimos años.
Desde el primer encuentro ante Venezuela, continuado con este torneo malagueño, el hecho de usar a Juancho Hernangómez como ala-pívot titular claro, parece forzar al seleccionador a usar como complemento, una figura de alero grande, que sepa ayudar en el ejercicio interior del juego. Puede ser Joel Parra, Víctor Claver, Alberto Abalde… pero contar con un trío que parezca más interior que exterior. Quizás, esto pueda decantar la elección de los doce finales.
Luego, se puede usar por momentos quintetos más bajos, como ya vimos el experimento del center, usando ala-pívots como el caso de Usman Garuba ante Venezuela o Santi Aldama, transformando el cuadro de juego. Pero, como no queremos amontonar todas estas apreciaciones, vamos a esquematizarlas un poco. ¿Qué nos ha gustado?
- La búsqueda en la identificación de la figura del base. Aún con Sergio Llull sin entrar en el rodaje de entrenamientos de la Selección, los protagonistas han sido Alberto Díaz y Juan Núñez. El malagueño aporta la sobriedad y veteranía en ataque, mientras que en defensa… es que es inenarrable lo que hace. ¿Para encandilar? El robo a Paolo Banchero en poste bajo, un ejercicio sublime de pillería. Y, por otro lado, Juan Núñez. Ha gustado mucho y se le ve un paso más en la evolución del jugador. Privilegiado físico, el que sea el base más vertical con el que contamos, quien más pueda atacar el aro, el un plus muy grande. Muy imaginativo en el pick&roll, el que vaya logrando el poso de la experiencia para saber elegir cuándo arriesgar o no en sus pases, es un punto muy a favor. Y no el hecho de cercenarle su creatividad, puesto que perderíamos gran parte del talento del jugador, sino que parezca ir aprendiendo a seleccionar los momentos de riesgo. Esperanzador.
- El uso del poste bajo. Tenemos dos jugadores con notables dotes en encontrar superioridad en situaciones de uno contra uno cercanas a la canasta. Uno de ellos, ya consagrado. Gran parte del MVP con el que Willy Hernangómez fue galardonado el año pasado, viene de su gran solvencia en tal área. En una época en la que cada vez hay menos conocimiento de ese medio y, por lo tanto, menos uso, el que se considere que un en uno contra uno en poste bajo, sea una situación de ventaja en las más ocasiones, ofrece un regalo en los planteamientos ofensivos de España, primordial. Pero es que no solo él. Santi Aldama también sabe jugar ahí. Pero, como además es joven, aprovecha esa circunstancia para usarlo en transiciones rápidas y contragolpes. Y ahí lo ves, cual Andrés Jiménez o Alfonso Reyes, corriendo la pista, parándose cerca del aro, dándole la espalda y pidiendo el balón. Es que es un lujo, oigan. Y un sello identitario de la calidad de nuestro juego.
- Las salidas de bloqueos de los tiradores. Y su acierto, claro. Tenemos dos ejemplos muy claros en nuestros dos mejores tiradores: Juancho Hernangómez y Alex Abrines. Verdad que los sistemas aún se ejecutan con lentitud, que cuando no se sacan ventajas para ellos, aún cuesta ver otras opciones porque falta timing y sincronización en todos los gestos. Estamos en preparación y faltan aún un puñado de entrenamientos y partidos. Todo se afinará. Pero, nos alegramos enormemente de la vuelta de Abrines y su muñeca, como que el ala-pívot titular sea nuestro mejor tirador, es algo que se apreciará según transcurra la Copa del Mundo.
