1. Un asalto.
El del FIATC Joventut al Palau Blaugrana. Ya estuvo a punto de hacer la machada en el Palacio de los Deportes de Madrid y a falta de tres segundos parecía que la historia iba a ser parecida, nadar mucho para morir en la orilla. Pero Suton hizo justicia con un partido jugado sin perder nunca la cara ante un rival supuestamente superior y poniendo de nuevo en la pista una forma de entender el baloncesto tremendamente atractiva, sobre todo por sus ataques fulgurantes, resueltos a la primera oportunidad con su batería de tiradores que alcanzan a bases, aleros y pivots. Este descaro resulta refrescante y habla muy bien del colectivo que dirige Salva Maldonado, donde se mezcla muy bien juventud, experiencia y jugadores que han vuelto al origen y se sienten muy identificados con la filosofía verdinegra. Destacar el partidazo de Savane, a sus 34 años, el vértigo que dan Hannah y Mallet, la sabiduría inagotable de Kirksay o el trabajo de gente contrastada como Miralles, Suton o Vidal. Un equipo al que seguiremos detenidamente, sin ir más lejos este domingo donde reciben a otro equipo pletórico e invicto como el Unicaja. Se lo han ganado.

2.- Un estreno
El de Shasha Vujacic, lujoso fichaje del Laboral Kutxa y que tuvo un partido de presentación impecable. Veintiún puntos y cuatro asistencias son palabras mayores cuando acabas de llegar y ni siquiera has empezado la etapa de aclimatación, lo que hace intuir que el ex de los Lakers ha llegado bien físicamente y que su indudable talento puede ayudar desde ya a consolidar al Baskonia y hacerle volver a la zona alta de la tabla. Desde luego lo que está claro que aunque se le pueda ver algún paralelismo, este incorporación no tiene nada que ver con la de Lamar Odom de la temporada pasada, de la que mejor es olvidarse. Si a esto sumamos que el MVP de la jornada fue otro jugador baskonista, el letón Davis Bertans (19 pts, 10 rebotes) un proyecto de gran jugador, seguro que aficionados, dirigentes y equipo se fueron a dormir mucho más tranquilos que lo que han estado en las últimas semanas. Es lo que tiene ver algo de luz cuando estás metido en un túnel.

3.- Una posible depre.
La que da la impresión lleva consigo el Valencia Basket. O al menos la que mostró el domingo por la mañana en Madrid, donde resultaron casi irreconocibles si lo comparamos con su versión de la temporada pasada. Cierto es que de un año a otro han perdido dos piezas como Doellman y Lafayette, pero aún así, el tono vital general fue demasiado bajo, el partido se les fue prácticamente en el primer cuarto y nunca dieron la sensación de estar lo suficientemente enchufados para poner en un aprieto al Real Madrid. Es posible que su mente esté más en la Euroliga, donde les urge empezar a ganar ya si no quiere que después de tantos años añorándola, su aventura sea más corta de lo previsto. El calendario y sistema de competición se lo permite, pues la Liga Endesa te ofrece una posible redención en el mes de Mayo. Pero por encima de victorias y competiciones, el Valencia necesita recuperar su estilo, esos valores que le llevaron a ser la sensación del curso pasado. Compactos, guerreros, agresivos en ambos lados del campo, solidarios unos con otros, inasequibles al desaliento y empujados por una afición fiel. Algo de esto se ha perdido en el camino y en la medida que sea recompuesto lo antes posible, dependerá el futuro naranja.


