Grandes semifinales, gran final

1.- Chapeau para todos

¡Vaya semana de baloncesto hemos tenido! Hacía tiempo que este penúltimo acto del curso, las semifinales, no deparaban tal cantidad de buenos partidos, jugados con a cara de perro, resueltos unos cuantos de ellos de forma agónica y con sugerentes ambientes en los pabellones. Cuando esto ocurre, el Playoff encuentra todo el sentido del mundo pues se convierten en un territorio especial, hipnótico, dramático, lo que justifica su existencia. Una existencia que a veces ponemos en duda pues resulta evidente va en detrimento de la tensión de la temporada regular, pues se convierte en una posible tabla de salvación donde purgar pecados anteriores. Pero cuando surgen eliminatorias como las que hemos vivido y la final que esperamos, entiende que no hay época más baloncestística que la de los playoffs.

– La crónica de Iturriaga

2.- Cuatro ganadores.

Dentro de que la cruda realidad de que unos siguen en carrera y otros han tenido que abandonarla, los cuatro pueden sentirse tremendamente satisfechos. El año del Valencia se cerró de una forma heroica, aguantando hasta el último segundo del último partido. Los de Perasovic han cumplido con creces esta temporada, desde el título europeo con pasaporte para la Euroliga hasta su récord histórico de victorias en la temporada regular y un comportamiento más que digno en el Playoff. Poco más se les puede pedir. Unicaja por su parte, ha dado un enorme salto de calidad que le ha vuelto a situar en lugares que nunca debió abandonar. El proyecto ha demostrado vigencia, y ahora habrá que ver si se logra mantener el esqueleto, mejorándolo en la medida de lo posible. Quizás la semifinal mostró una asignatura que les ha quedado pendiente, los finales apretados. Tres tuvieron, tres perdieron. Pero la nota final, sin llegar al sobresaliente, sí que no baja del notable alto. En cuanto al Madrid y Barça, los dos más exigidos pues sólo entienden de títulos al final de año, sufrieron más de lo esperado. El Madrid mucho, el Barça todo. El Madrid no se acercó al abismo. El Barcelona lo vio bien, bien cerca. Pero ambos sobrevivieron, confirmando que en territorios extremos, son los dos equipos más fiables. Lógico por otra parte, pues sus plantillas, con la excepción de un Valencia al completo, son las más potentes de todo el panorama.

– La crónica de Iturriaga

3.- ¿Y ahora qué?

Como se ha vuelto a demostrar de la semana pasada a esta, no es mi año de apostador. Y encima ninguno de los dos contendientes en la gran final inspira una total confianza. Ambos dan la impresión de haber llegado al último acto con la gasolina justa, sin la chispa de otros momentos y los cuerpos bien doloridos. El Madrid tiene la ventaja de campo, decisiva en las dos últimas temporadas, y cierta ascendencia sobre todo después de lo ocurrido en Milán, pero el Barcelona, como ha demostrado ante el Valencia, tiene más vidas que un gato. Acaba de salir de un agujero tremendo, lo que le habrá rearmado moralmente. Pronóstico incierto, cinco posibles partidos en el horizonte, mucho de lo mejor de nuestro baloncesto. ¡Que siga la fiesta!

– La crónica de Iturriaga